Patriarcado de Antioquía

1.- La Iglesia del Patriarcado de Antioquía, o sea, de la Provincia Romana de Oriente, formada en gran parte por la Siria actual, es históricamente la Iglesia Apostólica por excelencia. Su origen se remonta a los primeros años de la predicación evangélica. Aún mas, la translación del centro del cristianismo primitivo de Jerusalén a Antioquía se efectuó pocos años después de la muerte, resurrección y Ascención de su Fundador, cuando los discípulos se dieron cuenta de la esterilidad de la predicación evangélica en Palestina y de la nueva política agresiva, perseguidas por las autoridades judías después de la semi-autonomia otorgada a partir del año 36 por los romanos a los judíos y sobre todo, después del restablecimiento del reino de Herode-Magno en la persona de su nieto Herodes Agripa cerca del año 40. El nuevo testamento en los capítulos 11, 12 y 13 del Libro de los “Hechos de los Apóstoles” subraya esas dos datas de la dispersión de los discípulos y Apóstoles y de la elección de Antioquía como Centro nuevo de la predicación Evangelista.
En el capitulo 11 leemos: “Cuando mataron a Esteban (cerca del año 36), comenzaron a perseguir también a los demás creyentes viéndose muchos obligados a huir hacia Fenicia (Líbano actual), Chipre y Antioquía donde anunciaron el mensaje evangélico, inspirados por el poder del Señor. Por lo cual muchos abandonaron sus antiguas creencias y se convirtieron al cristianismo. Al llegar esta noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, fue enviado Bernabé a Antioquía, de donde pasó  a Tarso para buscar a Saulo (San Pablo), apóstol de los Gentiles, convertido por Jesucristo cerca de Damasco (capital actual de Siria) quien había sido enviado por el Apóstol de los paganos. Al contrario, Bernabé lo llevó a Antioquía donde, por  vez primera, se dio a los creyentes el nombre de cristianos distinguiéndolos definitivamente de los judíos”.        
El capitulo 12 refiere que el Rey Herodes emprendió persecución contra la Iglesia, mandó a matar con espada a Santiago, hermano de Juan. Dándose cuenta de que esto era grato a los judíos, puso prisionero a Pedro, pero los miembros de la Iglesia continuaban con gran fervor orando y clamando a Dios en su favor. Nos relata el mismo capitulo 12, que entonces se presentó un Ángel del Señor liberando a Pedro, quien se fue a otro lugar, quizá a Antioquía, antes de residenciarse definitivamente en Roma, tal como lo vemos en la epístola de San Pablo a los Gálatas.
El Libro de “Los Hechos de los Apóstoles” sigue demostrando la importancia de Antioquía en cuya Iglesia había Profetas y Maestros, los cuales eran Bernabé, Simón, llamado también “el Negro”, Lucio de Carene, Manaen y Saulo. Un día,  cuando estos se encontraban celebrando el culto al Señor y ayunando, el Espíritu Santo dijo: “Sepárenme a Bernabé y a Saulo para el trabajo al cual los he llamado”. Entonces, después de ayunar y orar, pusieron las manos sobre ellos y los despidieron. En esta forma, en Antioquía se iniciaron las misiones de San Pablo y la conquista del mundo para Cristo.
2.- Así, Antioquía aparece, pocos años después de la muerte del Redentor, como la Capital del Cristianismo primitivo y como la fuente de la predicación cristiana y difusión del evangelio a través del mundo entero, lo que nos demuestra elocuentemente que Siria fue el primer país en convertirse a Cristo. La historia nos revela que la parte norte de esta provincia romana llamada Osroena, con su Rey, se convirtió al final del primer siglo, lo que explica el por qué Siria fue un Centro eclesial, teológico, litúrgico y misionero de primera magnitud e importancia.                                     
Los misioneros sirios se esparcieron por todas partes del Imperio Romano: Francia, Alemania, España y aun fuera del Imperio, por Armenia, Persia, Georgia, India, predicando la palabra divina. Las colonias sirias diseminadas como hoy, a través del mundo, facilitaron el cumplimiento de esta misión. Siria cristiana difundía así sus visiones teológicas, sus costumbres litúrgicas en todas las Iglesias filiales y en toda la Iglesia Católica, habiendo dado Antioquía al Imperio Romano, algunos de sus mejores Obispos. A Constantinopla sus primeros Patriarcas y a Roma, durante el siglo octavo y noveno, sus mejores Pontífices.
La escuela teológica de Antioquía desde los primeros siglos es conocida por su visión más existencialista de la Revelación y de la Historia de la Evangelización. En nuestros días de “Aggiornamento” de la Iglesia, se nota un retorno a los principios exegéticos de esta Escuela, cuyos mejores representantes fueron Luciano de Samosate y San Juan Crisóstomo.
Antioquía ejerció particularmente una influencia predominante en la Iglesia Universal con su liturgia. La misa hoy, es la misma que se celebraba en Antioquía en el siglo cuarto, idéntica a la divina liturgia mencionada en el Libro VIII de las Constituciones Apostólicas. Las otras misas son derivadas de este núcleo litúrgico o muy parecidas.
3.- De lo dicho, se reduce que los cristianos de Siria y Medio Oriente Romano tienen su fe y costumbres cristianas y tradicionales de los mismos Apóstoles. En el segundo y tercer siglo la mayor parte de los habitantes eran cristianos. Antes de la conquista árabe del séptimo siglo el Medio Oriente romano era totalmente cristiano. Las posteriores invasiones de los turcos seléucidas, los mongoles, los tártaros, los mamelucos y los otomanos no lograron disipar el cristianismo en estas regiones como sucedió en África del Norte. Ahora tenemos una buena minoría de cristianos muy activos. En Siria y Líbano mas de 5 millones en una población que alcanza casi los 25 millones y en Egipto, 12 millones para una población de 65 millones.     
Estos cristianos saben que su fe emana de los Apóstoles y que son descendientes de mártires, por lo cual se sienten orgullosos, predominando el ambiente evangélico en su vida particular, familiar y social, de tal manera, que el Papa Pablo VI dijo a unos de nuestros obispos que la Iglesia Católica, en su crisis actual, debería buscar el tipo de verdadero cristianismo en nuestra Iglesia del Medio Oriente y el Papa Juan Pablo II, habló de la misma Iglesia Melkita como una Iglesia convencida y fuerte.
4.- La colectividad Árabe en Venezuela es en su  mayoría cristiana y sus feligreses son seguidores de los antiguos ritos orientales, siendo en su mayoría católicos que consideran al Sumo Pontífice como Supremo Jefe de la Iglesia en su peregrinación terrestre. Igualmente, existe en Venezuela una gran comunidad Ortodoxa que profesan la misma fe, mismas costumbres y mismos sacramentos con la única diferencia que dependen de diferentes Patriarcados del Oriente.
Nuestra Iglesia Oriental de diferentes ritos, reflejan las riquezas de nuestras tradiciones para difundir las bellas liturgias que se elaboran en tierras donde nació Cristo y sus Apóstoles llevaron el Evangelio al mundo entero.
El Patriarca Gregorio III, es uno de los cinco Patriarcas de Antioquía, que son los Patriarcas: Greco-Ortodoxo, Siriaco-Ortodoxo, Maronita, Siro-Católico y Greco-Melkita Católico.